Calendarizate, calendarizame, calendaricémonos
Publicado el 24 de octubre de 2011
Hacer un calendario como regalo para los colaboradores no es un commodity: bien pensado puede ser una acción inteligente que se aprovecha todo el año. Ventajas, usos posibles, ideas de temas y opciones de formatos (sí, todo eso en esta nota).
Aunque no lo crean, ya se acerca Noche buena y Navidad, y también llega el 2012. Y a muchos se le puede venir a la cabeza lo mismo: el clásico calendario como regalo. Pero bien pensado tiene mucho valor. Este famoso recurso nos permite estar presentes durante todo el año, vehiculizando distintos tipos de contenidos.
Nos ponemos técnicos
El calendario es una cuenta sistematizada del tiempo para la organización de las actividades humanas. Antiguamente, estaba basado en los ciclos lunares. En la actualidad, los diversos calendarios tienen base en el ciclo que describe el giro de la Tierra alrededor del Sol.
Esta herramienta milenaria es también un poderoso medio de comunicación. Permite acercarse al personal y estar presentes en el día a día, y como regalo presenta muchas ventajas:
- Utilidad: siempre es necesario tener uno cerca para planificar actividades, plantear desafíos y metas, y recordar fechas importantes.
- Vigencia: su utilidad, naturalmente, se mantiene durante todo el año, período más que satisfactorio para una pieza de comunicación.
- Cercanía: en el escritorio, en la pared de Planta o en la billetera, está presente en el día a día.
- Versatilidad: la sucesión de contenidos del calendario permite su resolución en múltiples formatos, dando espacio a la creatividad.
El abordaje, la clave para múltiples propósitos
Además de su función práctica, el calendario, con el abordaje adecuado, nos permite vehiculizar distintos tipos de contenidos que agregan valor. A continuación, algunos ejemplos:
- Valores: cada uno de los meses puede estar relacionado con los valores de la empresa.
- Competencias: para los arduos procesos de gestión de competencias, el calendario funciona como agenda y recordatorio, acompañando las distintas etapas del ciclo con mensajes a medida.
- Celebraciones: haciendo foco en la cultura de celebrar, podemos reflejar los hitos de la empresa y las efemérides.
- Mensajes clave: cuidado del medio ambiente, responsabilidad social, prevención de la salud del colaborador… cualquier tema estratégico para la empresa puede tener mensajes recordatorios en las páginas del calendario.
Con la ilustración de la pieza puede también marcarse una diferencia, y son muchos los recursos que pueden utilizarse:
- Concursos: las imágenes que ilustran los meses se pueden generar mediante un concurso de dibujo infantil o un concurso de fotos.
- Protagonistas: producciones de fotos que muestren los hobbies del personal, o sus lados “B”, o simplemente distintos colaboradores ejerciendo sus roles.
- La empresa: locaciones en todo el país, la marca o el producto en distintas escenas… una gran oportunidad para generar identidad.
En el escritorio, en la pared (o en ambos)
Los formatos en que se pueden realizar los calendarios son un universo en sí mismo. Para la elección es importante contemplar que sea funcional a todos los públicos. Algunos de los formatos posibles son:
- Table tent: el formato “carpita” es un clásico de escritorio que siempre funciona.
- De bolsillo: los formatos del estilo señalador o tarjeta sirven para trascender los espacios de la empresa.
- Imantando: para utilizar en los lockers o heladeras de la cocina en la empresa, o del hogar.
- De pared: este formato es de mucho impacto visual porque permite poner imágenes a gran tamaño.
- Digital: existen opciones más techie, que mediante un software te permiten descargar calendarios customizados para el fondo de escritorio de las PC.
Con el contenido y el formato adecuado, realizar un calendario es una inversión que rinde.
lo que yo queria, gracias
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