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El Home Office, sus matices y las CI´s

Publicado el 24 de junio de 2014

 En un principio fue una tímida práctica que, luego, fue ganando terreno hasta convertirse en un hábito de casi todas las empresas. El Home Office llegó para quedarse y, a todas luces, parece ser un reto para las relaciones interpersonales entre jefes y colaboradores, un tema central de las Comunicaciones Internas.

Por Pamela Astudillo

El Home Office es una práctica que ocupa cada vez más espacio en las organizaciones. Trabajar desde casa parece ser un beneficio del que disfrutan los colaboradores que, desde la comodidad del hogar, culminan informes o presentaciones, atienden clientes por e-mail y resuelven propuestas.

 

¿Cuáles son los matices de esta modalidad?

Una organización es un sistema de relaciones, que tienen en la convivencia su musculatura fuerte en materia de transformación. Allí, en la oficina, se teje el entramado de vínculos que hacen que la organización sea tal y, si bien es cierto que a través de Skype, mails y otros medios, podemos conectarnos, cierto es también que la relación directa y bidireccional es la más poderosa cuando de transformaciones culturales se trata.

Es decir, el Home Office como una práctica permanente tiene sus limitaciones y demanda de un esfuerzo organizacional para vincular al colaborador abriéndole caminos a la pertenencia, lo que produce bienestar en el ser humano y lo que tanta importancia tiene para los cambios.

 

Una práctica para jefes no controladores

Otra reflexión tiene que ver con los gerentes o jefes, sobre todo los controladores. Para ellos el Home Office es un gran desafío. No tener bajo su mirada a la gente les produce incertidumbre. ¿Cómo puedo controlar que avanza en lo que se le encomendó? La relación entre el jefe y el colaborador que hace Home Office demanda de confianza, una virtud que se construye en la relación con matices tan diversos como colaboradores tenga la empresa.Home office y Comunicación Interna-des-04

 

Todos ahorran tiempo y dinero

Ahora bien, si la práctica de trabajar desde casa es permanente, se puede contar como punto a favor el ahorro que significan los costos de mantenimiento de cada colaborador en la oficina. Y, hablando de ahorro, el colaborador también hace su tanto. Se ahorra el tiempo de ida y de vuelta a la oficina, así como su costo, se ahorra pensar en la ropa que se coloca para ir a trabajar, y se ahorra todo el tiempo que dedica a solventar la incertidumbre del jefe que quiere saber qué está haciendo.

 

Tiempo de oficina para jefes y reuniones

Con respecto a esto último, Jason Fried, un teórico del trabajo y las relaciones humanas, tiene evidencias tras una investigación, cuyos resultados compartió en un TEDTalk. La gente no trabaja en el trabajo, podría ser la traducción de la charla. El relevamiento de Fried deja en claro que las ideas que nos ayudan a terminar los trabajos realmente importantes no surgen en el ambiente laboral, sino en casa, en un parque o en una cafetería. ¿La razón? Comenta que en la oficina dedicamos tiempo básicamente a dos cosas: a solventar la incertidumbre de nuestros jefes acerca de qué cosa hacemos y a asistir a reuniones que, muchas veces, no tienen que ver con lo medular de nuestros roles.

¿Es el Home Office positivo o negativo para el desempeño? La respuesta parece estar en cada uno de los colaboradores y la decisión en cada jefe que se proponga ser flexible en este sentido. Lo que sí es seguro es que se trata de un reto para las relaciones interpersonales entre jefes y colaboradores, allí donde la Comunicación Interna tiene su base.

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