Comunicación -Interna-
Publicado el 17 de febrero de 2020
Nuevas temáticas se incorporan a la agenda y desafían a la Comunicación Interna ¿Cómo accionar? ¿Cómo contarlo?
Por Emanuel Barattucci, Gerente de Consultoría y Contenidos
El 2 de noviembre de 2019, año en el que no esperábamos mucho de la publicidad mainstream, Sprite de la mano de la agencia Santo, nos dio una grata sorpresa con la maravillosa pieza desarrollada para el día del Orgullo LGBTIQ+. Les dejo el link por si no la vieron o para reconfortarse viéndola nuevamente: https://www.youtube.com/watch?v=Bz_Tl6bOfNI
Campaña brillante por su factoría, pero principalmente, por sentar posición en un tema tan actual que la mayoría de las grandes marcas deciden esquivar o solo mencionar de manera tangencial. Es tan bueno el spot que no necesitó ni una línea de diálogo para interpelarnos y trajo como novedad el uso de lenguaje inclusivo #NoEstasSolx.
A esta altura ustedes se preguntarán si están leyendo Pulso CI o Latin Spot. Amigues bienvenidos al 2020, el futuro llegó y se llevó la parte de “interna” de comunicación. Esperen, no salgan corriendo a buscar trabajo, la mejor noticia es que este cambio es una evolución que nos exige, a los que nos dedicamos a la CI, salir de la zona de confort, pero que nos deja en una posición inmejorable y no estoy pecando de optimista.
Retomo lo de la campaña de Sprite para contarles lo que está sucediendo con lo que hasta el día de ayer llamábamos comunicación interna. Hagan conmigo el ejercicio de imaginar que manejamos la cuenta de Coca Cola Company y nuestro cliente nos envía un brief en donde nos cuenta que van a salir con una campaña externa de diversidad que va a tener un alto nivel de resonancia. En el viejo paradigma, nuestro trabajo no iba más allá de intentar una especie de “Avant premier” para que los trabajadores en el mejor de los casos conozcan la campaña antes de que salga al aire. En el nuevo paradigma, donde tenemos que empezar a hablar de comunicación integral, o comunicación a secas, es necesario realizar un trabajo mucho más consciente y profundo que tome como punto de partida la cultura de la compañía.
Cuando hablamos de cultura, no solo hacemos referencia a su propósito, misión y valores, también estamos hablando de los ritos, costumbres y prácticas, estilo de liderazgo, mitos y tabúes, símbolos, lenguaje, estilos de comunicación, código de conducta, normas y “sanciones”.
El trabajo tiene que empezar por la cultura porque en la actualidad una organización no puede comunicar para afuera algo distinto a lo que es puertas adentro. En la era de la “sociedad en red” donde todo se sabe, es muy dificil sostener una promesa que sea distinta a lo que la compañía es realmente. Si esto no se maneja de manera integral puede tener un impacto negativo directo tanto en los talentos que queremos retener y atraer, desde nuestra marca empleadora, como en las nuevas tendencias de consumo inteligente, donde las personas buscan productos o servicios de marcas poseedoras de valores únicos y significativos que les permitan reconocerse, participar e interactuar con ellas.
Es a partir de esta demanda que la comunicación interna se resignifica y toma un rol mucho más preponderante y amplio en la estrategia de negocio.
Acompañar la transformación cultural y/o digital aparece como la principal contribución de la disciplina en la última edición del libro “CI para transformar”.
Tenemos la obligación de hacer real eso tantas veces escuchado, pero muy poco llevado a la práctica, de que “los empleados son nuestros primeros clientes”.
Hay algunos must para empezar a transitar este camino:
- Convocar a una mesa amplia y representativa donde además de comunicación, se sienten RRHH, Institucionales, Cultura, Marketing, etc, etc.
- Alinear los objetivos de CI con los objetivos de negocio.
- Utilizar un tono discursivo y gráfico igual al que la empresa utiliza en su comunicación externa.
- Implementar una herramienta colaborativa que nos permita tener una comunicación más horizontal, abierta y colaborativa, entre nos, Workplace es la mejor.
- Involucrarse en la construcción de la marca empleadora, retroalimentando lo interno con lo externo y viceversa. Animándose también a empezar a tener injerencia en la RRSS institucionales.
- Trabajar el perfil de nuestros líderes, tanto para adentro como para afuera de la compañía. Acompañarlos y capacitarlos para que pasen de líderes a influencers.
- Comunicar con transparencia. Compartir la información relevante reduce la incertidumbre, sean noticias buenas o malas, y estrecha el vínculo entre las personas y la organización.
- Medir, medir y medir, tomar decisiones a partir de datos. Lo que no se mide no se puede gestionar ni mejorar.
- Generar el storytelling de nuestra organización, contar historias que toquen la fibra de las personas y les den un sentido a lo que hacen todos los días.
La transformación es una realidad, animarse es la cuestión.
Para leer más sobre transformación cultural descargá nuestro libro CI para Transformar:
https://www.diagnosticoci.com/