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Agile, la nueva manera de reorganizar viejas estructuras

Publicado el 11 de abril de 2018

 Aumentar compromiso, calidad y productividad, mejorando tiempos y trabajando en equipo. Ese es el gran objetivo de la nueva metodología utilizada por grandes empresas para crecer.

El mundo del trabajo está en constante cambio. No sólo porque las personas cambian, sino porque las formas de llevarlo a cabo son cada vez más variadas, innovadoras y tecnológicas. Meter todo eso en una licuadora es complicado, pero nadie dijo que imposible. Es sólo cuestión de plantearnos bien los objetivos, para saber qué camino debemos tomar.

Cuando los CEOs de las principales empresas de software se reunieron en Utah, allá por 2001, pensaron cuáles eran las mejores prácticas de cada una de sus compañías y la combinación de ellas dio como resultado el «Manifiesto Agile». Nació así la «Agile transformation», que consiste en desarmar toda la estructura establecida para rearmar de cero, tanto la tecnología y los procesos, como también los talentos.

Pensando en cada uno de los integrantes del equipo particularmente, en qué se destacan, cómo responderían mejor a las exigencias de los clientes y en el menor tiempo posible -entre muchos otros factores-, se plantea la pregunta: ¿cuál es el objetivo principal? Incrementar productividad y compromiso, mejorando la calidad y minimizando los tiempos de producción. Lograr esta «agilidad» es lo complejo porque el proceso de cambio siempre lleva tiempo de adaptación y de aprendizaje, además del miedo lógico al cambio. Conlleva a que los nuevos equipos conformados tengan la madurez de afrontar este reto y adaptarse a su nuevo partner, a la nueva tecnología y a los nuevos procesos de trabajo. A partir del talento -el eje central de esta metodología- es que gira esta rueda de producción, donde se busca trabajar de manera cross; es decir, que este squad sea interdisciplinario.

Apostar al cambio es cuestión de confiar en el equipo y de tener ganas de crecer, tanto personal como institucionalmente. ¿Cuesta? Claro que sí, como todo lo nuevo, lo que no se sabe o conoce. ¿Es imposible? Para nada. Si el objetivo es claro, el equipo se arma en un scrum y sale a la cancha.

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