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Abrir una puerta a los chicos

Publicado el 07 de septiembre de 2017

 Una actividad que sigue creciendo es la de acercar al trabajo a los hijos y otros familiares (padres, sobrinos, parejas). Eventos de alto impacto y bajo costo que fidelizan la empresa con la familia.

¿Es posible recrear el clima familiar dentro del ámbito laboral? La respuesta es sí y las modalidades se adaptan para diferentes integrantes de la familia. Esta práctica, que comenzó por lo menos hace veinte años y va en continuo aumento, tiene para las empresas un costo bajo y un alto impacto emocional y de motivación. De hecho, en Estados Unidos, estas prácticas están formalizadas en el Día del Hijo del Empleado.

En un comienzo, esta actividad estaba destinada específicamente a los hijos, y cobraba especial utilidad durante las vacaciones de invierno y días sin clases; como el 11 de septiembre, día en que se brinda la doble ventaja de resolver qué hacer con los niños y a la vez se ofrecer un momento emotivo a los colaboradores, quienes comparten sus escritorios y oficinas con los más pequeños.

Con el correr del tiempo se fue incorporando a esta actividad a otros integrantes de la familia. De esta manera, es usual ver a parejas y padres acercándose a las oficinas y compartir ese mismo espacio. En el caso de los colaboradores jóvenes, la mirada de los padres sobre su trabajo aporta mucha fidelidad y para los ellos es una forma de conocer el lugar donde sus hijos se desempeñan a diario.

Un día perfecto

Desde el desayuno, hasta una recorrida por los diferentes lugares de trabajo, las visitas pueden durar todo el día y a veces incluyen talleres recreativos que apuntan a algunas temáticas específicas relacionadas con los valores de la compañía, como puede ser la sustentabilidad.

Asimismo, suelen realizarse actividades lúdicas relacionadas con los productos o packaging de la marca. En las visitas de hijos, se producen maquetas u otras producciones.

El cierre de la jornada suele tener una emotividad muy especial. Muchas veces se filma o se toman fotos, aparte de la actividad y, finalmente, queda una huella en la empresa a través de carteles, banners y videos, e

ntre otros. A veces, incluso, esas producciones se plasman en algún objeto, como puede ser un portarretratos, un almanaque o una taza. Eso le da mayor recordación, ya que permanecen sobre los escritorios, con una fuerte durabilidad e impacto del mensaje.

En síntesis, las actividades que permiten conectar a la familia con el trabajo del colaborador son una fuente importante de motivación, con costos bajos en relación a otro tipo de eventos, y grandes resultados tanto para los empleados como para sus familias, que siempre recuerdan este tipo de actividades.

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